domingo, 6 de diciembre de 2015

DULCES TÍPICOS CASTRILLENSES. ROSQUILLAS Y SARDINILLAS.

El pasado martes tenía sesión de repostería con algunas de las "chicas" de Castrillo que habían quedado para hacerlas y degustarlas. He de confesar que a pesar de ver tantas veces a mi madre, la "Chata", hacer ROSQUILLAS y SARDINILLAS, no sabía la receta. Siempre quedábamos en que la haríamos juntos y que me enseñaría y la apuntaría, pero desgraciadamente se fue tan de repente que no cumplimos nuestro deseo.
Gracias a que la receta está presente en las mentes y en las manos de muchas casas y queda en la memoria de sus mujeres. Y hoy os muestro como lo hacen.
Espero transmitir bien las recetas.
ROSQUILLAS. 
Parto de una receta de tres huevos. Por cada huevo debo añadir: tres cucharadas soperas de aceite de oliva, una cucharada de anís de botella, tres cucharadas de azúcar, una papeleta de levadura en polvo para repostería , la ralladura de un limón, anises molidos al gusto y a esto ir agregando harina hasta conseguir la masa.
Una vez amasado, dividir en bolas y formar la rosca marcándola con un cuchillo por el medio y freír en la sartén con el aceite bien caliente.
SARDINILLAS.
Un vaso de aceite, la mitad del mismo vaso de agua, una copa de orujo, una cucharada sopera de azúcar, canela al gusto, anises molidos al gusto y harina hasta conseguir la masa.
Para el relleno hay que mezclar frutos secos troceados con azúcar. 
Una vez amasado, formar en bolas y estirarlas hasta formar una oblea redonda en una superficie plana. Después, rellenar cada oblea de masa con un poco de relleno y cerrar bien como si fuese una empanadilla. Después echarla en una sartén con abundante aceite bien caliente.
Quizás os hagáis una mejor idea con este vídeo.

En el transcurso de estos minutos que he pasado con estas "Chicas", la conversación de la vida cotidiana se mezclaba con los pasos a dar con la receta, con las anécdotas del día, con los recuerdos, etc...y disfruté de un ambiente muy agradable.
Después de todo el trabajo de elaboración de la masa, pasamos al punto final del trabajo, la fritura.

Y hay que reconocer que el fruto del trabajo es riquísimo. Además, poco os puedo decir ya que las habéis probado en muchas ocasiones. 
Y de nuevo no queda sino agradeceros de todo corazón y con todo el cariño que merecéis.
Y sobre todo GRACIAS DE CORAZÓN  por haberme  hecho sentir mi infancia y emocionarme recordando esos momentos con mi madre en la cocina de casa viendo como hacía estos dulces.