Existe una "Universidad de la Experiencia", que no pretende ser ya una solución de carácter laboral para el estudiante que a ella acude, sino más bien una aportación al crecimiento mental y espiritual del individuo.
A Julián Sualdea le conocemos desde hace muchos años y seguramente no necesita de la Universidad de la Experiencia para ser esa "Buena Gente" que siempre ha sido. Pero, seguramente, su paso por la Universidad de la Experiencia le ha formado aún más y mejor como persona.
He aquí sus palabras dirigidas a los alumnos y profesores de las restantes Universidades de la Experienca en el Aula Magna de la Universidad Pontificia de Salamanca.
Cuando en el
verano del 2015 un antiguo ex-jefe mio me animara a ingresar
en la
Universidad de la Experiencia, con sede en Burgos, cosa que realicé al
comienzo del
curso en Septiembre del mismo año, nunca pensé que fuera
elegido
delegado; ni que en Abril del presente
año iría a representar al curso
de 1º de
esta Universidad en un acto académico en el aula magna de la
Universidad
Pontificia de Salamanca, que es la que dirige y coordina esta
Universidad
de la Experiencia. Ni lo más importante: el gran beneficio
mental que
ha significado para mí el relacionarme con personas de más
alto nivel
cultural que el mio o por lo menos igual.
En dicho
acto académico cuando me dirigí a las doscientas personas que se
encontraban
en dicha aula magna y en particular a las personalidades allí
presentes,
quise transmitirles el gran trabajo que durante el curso desarrollan
los
profesores y conferenciantes y cuyos grandes beneficiarios somos los alumnos
que acudimos
semanalmente a la Universidad.
Es indudable
que cuando uno llega a una cierta edad y su vida laboral ha tocado
a su fin,
esta persona debe de buscarse una actividad que le llene mentalmente
ese tiempo
que ahora tiene libre. Es ahí cuando la Universidad de la Experiencia
te ayuda a
ocupar ese tiempo libre del que hablaba.
Por eso pedí
que este programa inter-universitario debía de seguir adelante por el
gran
beneficio que reporta a la sociedad, pues cada año más de ciento cincuenta
personas
comienzan sus estudios en las diversas sedes provinciales.
Lo que quiere
decir que en sus veinte años de vida, por la Universidad de la Experiencia han
pasado varios miles de personas.
Como decía
mi padre Balbino a sus hijos : “el saber y el aprender no tienen edad para
ello". Creo
que llevaba razón. Pues de 60 a 90 años hay personas con ganas de seguir
aprendiendo.
De Salamanca
salió un acuerdo: que este programa debe seguir adelante, pues detrás
de los
directores hay más de mil personas que cada semana pasan por las aulas de las distintas sedes.
Es indudable que la experiencia de "La Universidad de la Experiencia" puede aportarnos conocimientos, pero sobre todo crecimiento personal, mental y espiritual.
Gracias Julián por tu ejemplo y ánimo hasta la licenciatura de la Experiencia.
Y ya sabéis que existen universidades de la Experiencia en todas o casi todas las provincias de España. Incluso en muchas ciudades hay extensiones de esta universidad.
En Aranda está en la Calle San Juan 2 y aquí os dejo el enlace para que os informéis y podáis haceros una idea para el próximo curso: UNIVERSIDAD EXPERIENCIA.